Entrevista a Manuel Rivas en El Comercio (Asturias):
“- El Comercio (EC): En la novela [Todo é silencio], hay dos tipos de silencio. En primer lugar, el silencio amigo, que es fértil y acompaña a la amistad sin pretender ningún dominio, contrario a la retórica y comprensivo. Después, está el silencio intimidatorio, que facilita el crecimiento de los poderes ocultos.
– Manuel Rivas (MR): Hay una imagen convencional del héroe, como belicista, que sirve tanto en una u otra orilla de las ideas, al modo de guerrero. Para mí, el héroe es la persona que no domina, sino que como la literatura misma, desvela formas de dominio. No domina, ni se deja dominar, pues se asfixiaría sin libertad. (…)
– EC: Junto a la suspensión de conciencias, ha habido también una cierta veneración. Está la anécdota del maestro que preguntó a sus alumnos qué querían ser de mayores, y le contestaron que contrabandistas. Pero ahí hay una mera aspiración a la aventura, un aliento épico. Se acabarían convirtiendo en instrumentos de las redes del narcotráfico.
– MR: Me identifico con John Ford, cuando decía que “todo es inventado y todo es verdad”. No trazo biografías, pero los personajes existen, como existe Ulises. Quizá por ello recibí dos escritos anónimos y amenazantes que me remitieron a la editorial gallega (Xerais; en castellano está publicada por Alfaguara), en los que creían advertir la similitud entre el capo literario, Mariscal, y alguna persona real. No obstante, en una reseña literaria se sostenía que Mariscal era un personaje inverosímil. Deberían ponerse de acuerdo el crítico y los autores de los anónimos. Hay muchos ‘mariscales’, cuyo lema es que ‘mientras se trabaja, no se gana dinero’.”