Entrevista a Manuel Rivas en La Nación:
“(…) – La Nación (LN): ¿Qué rasgos definen la literatura de Galicia?
– Manuel Rivas (MR): Como en toda literatura, cada uno es cada uno, pero ocurre como con los estorninos: son pájaros solitarios y también vuelan juntos y hacen dibujos en el cielo para defenderse de las rapiñas. Creo que lo que tiene en común es el valor de la imaginación. Es una literatura local-universal. Casi toda la literatura gallega es muy irreverente: vive luchando contra la tradición, a pesar de que bebe todo el tiempo de ella. (…)
– LN: ¿Su misión como escritor es rescatar esa memoria?
– MR: La literatura explica cuestiones a donde no llegan otros caminos. Hay un paralelismo con la arqueología. Escarbas, vas abriendo capas, encuentras pistas. Pero en la arqueología hay un momento en que el saber se detiene: sabemos que la historia siguió, pero ya no hay pistas. La línea de lo inaccesible. La literatura puede traspasar esa línea, con la imaginación. La imaginación está conectada a la memoria. Y la memoria existe en la medida en que exista un proceso de rescate de ella. La memoria puede servir para reactivar el presente. No es una marcha atrás ni un retrovisor.
– LN: Alguna vez escribió que “la literatura sirve no sólo para contar la historia, sino para luchar contra ella”. ¿Cómo sería?
– MR: Es que te peleas con ella. Frente a esa historia de las grandes autopistas imperiales, que se resuelve en grandes brochazos, la literatura va por los senderos. Es la historia íntima, la historia del corazón humano. Tiene que escuchar las voces que tartamudean, que balbucean, que no emiten discursos ni órdenes. Que más bien son las voces que tejen la vida y la conexión con la tierra. La boca de la literatura está por ahí, en los lugares más imprevisibles. A la literatura hay que saber oírla. (…)”