Reportaxe sobre Agustín Fernández Paz en El País:
“A Agustín Fernández Paz (Vilalba, 1947) le ha nacido una novela airada. “Lo puedo explicar así a posteriori, porque el proceso de escritura es un poco irracional”, explicaba ayer en Santiago durante la presentación, “pero este libro consiste en una crítica de las desfeitas causadas por el capitalismo desde la caída del Muro de Berlín”. Para atacar narrativamente la globalización neoliberal, Fantasmas de luz (Xerais) centra el foco en un operador de cabina de un viejo cine. Después de 35 años a los mandos del proyector, es despedido. “No se trata de un ensayo contra la globalización”, advirtió contra posibles deducciones apuradas el autor, “sino de una novela, crear un mundo y ponerlo en pie”. Fernández Paz, quien el pasado abril debutó en la colección de adultos de Xerais con Non hai noite tan longa, idea una estrategia en la que la economía política y la importancia de soñar se unen y “dan carne a los personajes”. “La necesidad de historias es algo inscrito en el ADN de la humanidad”, declaró, justo después de citar a Cunqueiro y su diagnóstico del ser humano como “bebedor de sueños”, a Paul Auster o una reciente columna periodística de Juan José Millás. Por la nouvelle, ilustrada con trazo figurativo por Miguelanxo Prado y acompañada de “seis tomas extra” que ramifican la trama, desfilan decenas de películas, recogidas en pequeñas sinopsis en las últimas páginas. “Los de mi generación”, se justificó, “estamos inundados de películas, pertenecemos a una época en la que el cine tenía una dimensión que ya no tiene” (…)”.